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Art’culo
Panorama Universitario
terpretación y comprensión; con la interpretación podemos darle forma y De igual manera, cuando damos una conferencia, habremos de pen-
sentido a lo leído y lo comprendido; para lo cual nos auxiliamos de la siste- sar que alguien del auditorio que nos escucha conoce ya el origen de
matización y de la sintaxis; de la experiencia de escribir y de la imaginación. nuestras ideas y seguramente las estará enjuiciando; ese alguien tiene
el tiempo suficiente para recordar de dónde hemos tomado esas ideas
2. Escuchar, comprender y explicar: prestadas y emitirá el peor de los juicios; restando validez y certeza a
Los tres pilares de la docencia nuestro decir. Más aún cuando nos increpa directamente y nos pone en
evidencia ante los otros; nos desnuda ante el auditorio como plagiado-
“No deseo que me lean o que me escuchen; quiero que me entiendan; res de las ideas del otro.
que me comprendan y que se expliquen mis ideas” (AAH). Pero si no lo hace, quizá nos indignemos y enjuiciemos al conferenciante
No solo quiero que me escuchen sino que me comprendan; que entien- pues nos percatamos que “nos está tomando el pelo”; que lo que nos
dan y se expliquen para sí mismos los conceptos, las ideas y las propias está diciendo no solamente ya ha sido dicho (lo cual no es negativo en
experiencias para que puedan fundar y sostener una docencia de bue- sí mismo) en otro lado, pero que no lo ha externado el conferenciante al
na calidad. Eso es lo que no decimos pero que anhelamos los maestros. inicio de su presentación.
Pero también lo podrían afirmar los autores de otros campos temáticos; Sin embargo, todavía existe otra situación bochornosa en potencia,
tales como los autores de textos científicos, pedagógicos, literarios y hasta cuando un conferenciante magistral nos recita un discurso con fluidez
poéticos. Nos gustaría que nos leyeran, que nos entendieran y que nos y maestría pero que durante su disertación identificamos argumentos,
integraran a sus autores preferidos; pero principalmente, nos gustaría que citas, anécdotas e incluso cuadros de datos que ya hemos escuchado o
nos explicaran, con su propio entendimiento, en las aulas. visto en otros foros. Y nosotros estamos ahí, incómodos escuchando y
A otros maestros, sin embargo, solamente les importará que los escuchen, esperando que el conferenciante exprese el crédito de la autoría de esas
aunque no les entiendan; pues lo que realmente les importa es oírse a sí ideas que no son suyas.
mismos, recitando. Otros, quizá sólo querrán oír las palabras que endulzan Aunque aún queda por señalar otro escenario que, por controvertido y
sus oídos; esas que acarician su ego; en un regodeo prácticamente hasta paradójico, resulta a veces enojoso e indignante. Es el hecho de que, con
incestuoso; embelesados con sus propias ideas. frecuencia, presenciamos cursos y discursos de personajes que hablan
siempre de lo mismo, repitiéndose incansablemente así mismos. Llegan-
3. Las ideas del uno, las ideas del otro: do incluso a darse casos en que, enrobados en una evidente soberbia
De la interacción pedagógica en las aulas intelectual, algunos sujetos “se fusilan” así mismos desde diversos án-
gulos.
De acuerdo con Platón (428-347), citado por Eugenio Segura,4"el ser será De tal manera que, un mismo escrito (texto) y discurso aparecen en diver-
ser de lo uno sin ser idéntico a lo uno, o no sería ser de lo uno ni lo uno sas partes con diferentes trajes; a veces “de frac” , en otras, vestidos “de
participaría del ser". Consecuentemente, puede deducirse que lo uno es concierto”; otras en “trajes de playa” y muy pocas veces aparecen con
único; pero lo otro se ha construido frente a la referencia del uno. el traje de sencillo profesor de grupo; con humildad intelectual y con la
Así mismo, Platón (citado por Segura) afirmaba que lo no "es" significa emoción y el orgullo de compartirnos sus últimos textos esculpidos día a
"otra cosa", es decir que al participar lo uno del ser se constituye un todo día desde las aulas; trabajando con los niños y con los jóvenes que, más
que es tres, "dualidad de partes", "diferente", "otro", pues no es idéntico allá del discurso, constituyen el verdadero futuro de nuestro país.
a lo uno ni al ser. Consecuentemente, en la docencia, lo uno es la voz
del autor y del maestro; lo otro es lo que comprende el alumno; pero la 4. Las moralejas y las enseñanzas:
integración de la voz del uno con la interpretación y comprensión del otro, Seamos uno sin pretender ser otros
da forma al aprendizaje; a lo que integra el otro; y eso es, de acuerdo con
Platón, otro, otro; un tercero que toma forma a partir del uno y del dos. Dejémonos de poses, de engaños y de autoengaños; hablemos de frente,
Entonces, cuando decidimos incorporar ideas a nuestra disertación, que mirándonos a los ojos; a nuestro interlocutor, al niño, al joven o a nuestro
sabemos que son del otro, o simplemente que sólo recordamos que las colega maestro. Pero para hacerlo verdaderamente, pensemos en nues-
hemos escuchado en alguna parte, habremos de considerar que estas tros alumnos (los niños y los jóvenes de hoy); sin embargo, no pensemos
ideas están asociadas y conectadas a otras ideas y a otros contextos. Por en nosotros mismos en primera instancia. Así, ya que hemos pensado en
lo tanto, el mínimo homenaje que estamos obligados a otorgarles es el nuestros niños y nuestros jóvenes, decidamos qué es lo que queremos
reconocimiento de su autoría; pero jamás avanzarlas al auditorio como para ellos y si es factible, hagamos una consulta efectiva con ellos; acer-
ideas propias. quémonos a las escuelas, a las aulas, a las calles y a las familias e incorpo-
En suma, al reconocer las ideas del otro, por medio de su citación, le es- remos su voz.
taremos inyectando fortaleza a nuestros textos, verbales y escritos; pero Dejemos de lado intereses egoístas, inmediatistas y de grupo. Trabajemos
principalmente nos abonará argumentos de certeza y credibilidad frente al verdaderamente por el futuro cercano de los niños y los jóvenes; actuando
juicio del lector y del interlocutor en un auditorio. Las ideas del otro forta- en lo inmediato y lo mediato en pos de los intereses de nuestros alumnos.
lecen nuestros textos y las explicaciones pedagógicas en las aulas. Cons- Entonces, pensemos y dediquemos esfuerzos sobre lo que podemos cons-
tituyéndonos así, los docentes, en un tercer lector que ayuda a consolidar truir ahora para ofrecerles mejores escenarios para que puedan desarro-
las ideas del uno, por nuestra intermediación, en la interacción pedagógica llarse por sí solos, en el futuro cercano, con seguridad mental, actitudinal y
con el otro. con la certeza de que sabrán cuidar su integridad física y social.
2 San Agustín. Confesiones (Libro XI, c. 14, 17). Texto consultado en el sitio de internet: file:///D:/Pdf%20San%20Agustin%20Confesiones%20El%20tiempo.pdf, el 04 de febrero de 2022, a las 7:40 a.m.
3 San Agustín. Confesiones. Editorial SARPE, p. 259, Madrid, 1983, 307 pp.
4 SEGURA CORTÉS, Eugenio. Unidad y Ser en Platón (notas al Parménides) (15-84), p.82, en: Revista de Filosofía y Lingüística, Vol. XII, 1986. Pdf Consultado en el sitio de internet: file:///C:/Users/HP/
Downloads/17210-Texto%20del%20art%C3%ADculo-35144-1-10-20141124.pdf, el 04 de febrero de 2022, a las 10:28 a.m.
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