Page 18 - noviembre-2025
P. 18

Artículo Panorama Universitario


                      CONTRA LA ESCUELA DEL

                   ABURRIDO Y EL AMARGADO:

                   Un análisis a la luz de la pedagogía

                            crítica y la neurociencia





                                         • Por: Dr. José Luis Beltrán Sánchez 1

            1. El bostezo como respuesta a una   directamente la atención, la memoria y   narrativas deja a los sujetos frente a una
            opresión pedagógica: La vida escolar   la motivación de los estudiantes (Pekrun,   maquinaria educativa sin propósito,
            en las aulas                       2016), pues cuando el aula se convierte   donde enseñar y aprender se reducen a
                                               en un espacio de tedio, los niveles de in-  trámites (la asquerosa burocracia).
            En El nombre de la rosa, Umberto Eco   volucramiento y aprendizaje se desplo-  Lo que queda es la inercia, una rutina
            (1980/2007) narra una escena revela-  man (Ainley & Ainley, 2011). Entonces,   sin relato, una vida de una historia que
            dora: monjes que condenan la risa como   el bostezo colectivo no es inocuo; es un   no vale la pena ser contada; el aula, dice
            peligrosa, casi herética. Para ellos, reír   síntoma de que el conocimiento ha sido   este autor, se ha vuelto un “espacio de
            era un desvío del camino recto, un pe-  reducido a información vacía y a rituales   gestión de presencias”, donde los cuer-
            cado que desordenaba el orden divino.   de obediencia sin sentido.   pos permanecen sin saber por qué, y el
            Le dicen al detective protagonista (fraile   Lo sabía Mafalda, cuando miraba su pu-  tiempo se vuelve un purgatorio burocrá-
            franciscano) que reír deforma el rostro   pitre como una celda: “¿Y no será que en   tico. En esa escena, el aburrimiento no es
            y los hace ver como monos, a lo que él   este mundo hay cada vez más gente y   un accidente, es la textura misma del dis-
            responde  “los monos no ríen”. Jorge   menos personas?” se preguntaba, mien-  positivo escolar en decadencia.
            de Burgos sentencia que la risa mata el   tras los adultos le imponían libros que   Entonces, la “pedagogía del aburrido”,
            miedo, y donde no hay miedo tampoco   parecían  manuales  de  aburrimiento.   es vista como pedagogía de la impoten-
            puede haber obediencia.            Quino mostraba lo que muchos niños   cia, donde el maestro, atrapado entre
            Esta metáfora medieval no pertenece   sienten: la escuela no siempre educa, a   mandatos institucionales y la erosión
            solamente al pasado; habita todavía en   veces domestica; a veces se convierte en   del sentido social, enseña sin creer del
            nuestras aulas, en muchos salones de   la fábrica del tedio, en el lugar donde el   todo en lo que enseña; así, enseñar, se
            clase; el equivalente moderno de esa   juego muere, donde el miedo al error   convierte en un trámite diario, rutina-
            represión no es ya la prohibición de la   mata la risa y donde la curiosidad se re-  rio y monótono, es el resultado es una
            risa, sino la instalación del bostezo. Un   prime en nombre de la seriedad.  escuela que no inspira ni terror ni espe-
            bostezo que no es natural, sino impues-  No es casual que el aburrimiento se haya   ranza, solo apatía, es mirar al cielo con
            to, cultivado, aprendido; el aburrimiento   convertido en un signo culturalmente   desdén y decir “bueno, solo un día más”.
            como mecanismo de disciplina, resulta   aceptado de lo escolar. Detrás de él hay   En este marco, la educación es sin senti-
            ser tan horrible como el de la rutina y la   siglos de tradiciones que identificaron el   do ni camino, solo de un día más, sin fe
            monotonía de un matrimonio que ya no   placer con el vicio, la risa con el pecado y   en el futuro, sin confianza en la palabra,
            se ama.                            el juego con la pérdida de tiempo, como   sin proyecto común; es un matrimonio
            La escuela, que debería ser jardín de   recuerda Foucault (1975/2002), las ins-  que ya no vive, que ya no sueña, que
            preguntas, laboratorio de juegos y es-  tituciones modernas nacieron como   solo está en la rutina ya sin siquiera sin la
            pacio de curiosidad, se ha transformado   aparatos de disciplina, donde el cuerpo   esperanza de salir de él.
            demasiadas veces en una fábrica de bos-  debía ser domado y la mente alineada a   Desde ahí, atrapados en esa vorágine
            tezos, allí donde debería vibrar la chispa   la productividad. Entonces, si en la Edad   de  aburrimiento, éste deja de  ser  un
            de la imaginación, lo que se escucha es   Media se prohibía la risa para proteger   simple bostezo y se vuelve un modo de
            el arrastre monótono de la tiza sobre   la fe, hoy se instala el bostezo para pro-  existencia, y quizá ese sea el mayor cri-
            el pizarrón; los relojes que parecen no   teger el orden, la pregunta que queda   men pedagógico de nuestro tiempo, no
            avanzar, la voz apagada que dicta con-  flotando es incómoda: ¿en qué momen-  que los niños se aburran, sino que los
            tenidos como si fueran fórmulas muer-  to decidimos que aburrir era formar, que   adultos hayan renunciado a creer que la
            tas; el niño que alguna vez preguntó por   apagar era enseñar, que domesticar era   educación puede ser todavía un acto de
            qué el cielo es azul o por qué las hormi-  educar?                   esperanza; siendo la esperanza y la ale-
            gas trabajan en fila, aprende pronto que   En su obra  Pedagogía del aburrido,   gría  nuestros  primeros  y  últimos  actos
            esas preguntas no caben en los cuader-  Lewkowicz (2000) (que por cierto no   de rebelión ante la adversidad.
            nos ni en los exámenes. Así, la pedago-  titulé este ensayo así para no caer en
            gía  del  aburrimiento  se  impone  como   ser una copia mal hecha) destaca que el   2. Anatomía del aburrimiento desde
            un destino.                        aburrimiento, no es solamente un sínto-  la neurociencia: La maquinaria invisible
            El aburrimiento escolar no es una mera   ma psicológico, sino la expresión de una
            anécdota, sino un factor que erosiona   crisis civilizatoria; la caída de las grandes   El bostezo escolar no es casualidad ni


                            1Maestro de quinto grado en escuela de educación primaria, en Tacámbaro, Mich. Egresado del Doctorado en Educa-
                           ción con énfasis en Formación Profesional y Práctica Docente en el Centro de Actualización del Magisterio en Michoacán
                                                         (CAMM), Morelia, Mich., México.


                                                            16
   13   14   15   16   17   18   19   20   21   22   23