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Artículo Panorama Universitario
CONTRA LA ESCUELA DEL
ABURRIDO Y EL AMARGADO:
Un análisis a la luz de la pedagogía
crítica y la neurociencia
• Por: Dr. José Luis Beltrán Sánchez 1
1. El bostezo como respuesta a una directamente la atención, la memoria y narrativas deja a los sujetos frente a una
opresión pedagógica: La vida escolar la motivación de los estudiantes (Pekrun, maquinaria educativa sin propósito,
en las aulas 2016), pues cuando el aula se convierte donde enseñar y aprender se reducen a
en un espacio de tedio, los niveles de in- trámites (la asquerosa burocracia).
En El nombre de la rosa, Umberto Eco volucramiento y aprendizaje se desplo- Lo que queda es la inercia, una rutina
(1980/2007) narra una escena revela- man (Ainley & Ainley, 2011). Entonces, sin relato, una vida de una historia que
dora: monjes que condenan la risa como el bostezo colectivo no es inocuo; es un no vale la pena ser contada; el aula, dice
peligrosa, casi herética. Para ellos, reír síntoma de que el conocimiento ha sido este autor, se ha vuelto un “espacio de
era un desvío del camino recto, un pe- reducido a información vacía y a rituales gestión de presencias”, donde los cuer-
cado que desordenaba el orden divino. de obediencia sin sentido. pos permanecen sin saber por qué, y el
Le dicen al detective protagonista (fraile Lo sabía Mafalda, cuando miraba su pu- tiempo se vuelve un purgatorio burocrá-
franciscano) que reír deforma el rostro pitre como una celda: “¿Y no será que en tico. En esa escena, el aburrimiento no es
y los hace ver como monos, a lo que él este mundo hay cada vez más gente y un accidente, es la textura misma del dis-
responde “los monos no ríen”. Jorge menos personas?” se preguntaba, mien- positivo escolar en decadencia.
de Burgos sentencia que la risa mata el tras los adultos le imponían libros que Entonces, la “pedagogía del aburrido”,
miedo, y donde no hay miedo tampoco parecían manuales de aburrimiento. es vista como pedagogía de la impoten-
puede haber obediencia. Quino mostraba lo que muchos niños cia, donde el maestro, atrapado entre
Esta metáfora medieval no pertenece sienten: la escuela no siempre educa, a mandatos institucionales y la erosión
solamente al pasado; habita todavía en veces domestica; a veces se convierte en del sentido social, enseña sin creer del
nuestras aulas, en muchos salones de la fábrica del tedio, en el lugar donde el todo en lo que enseña; así, enseñar, se
clase; el equivalente moderno de esa juego muere, donde el miedo al error convierte en un trámite diario, rutina-
represión no es ya la prohibición de la mata la risa y donde la curiosidad se re- rio y monótono, es el resultado es una
risa, sino la instalación del bostezo. Un prime en nombre de la seriedad. escuela que no inspira ni terror ni espe-
bostezo que no es natural, sino impues- No es casual que el aburrimiento se haya ranza, solo apatía, es mirar al cielo con
to, cultivado, aprendido; el aburrimiento convertido en un signo culturalmente desdén y decir “bueno, solo un día más”.
como mecanismo de disciplina, resulta aceptado de lo escolar. Detrás de él hay En este marco, la educación es sin senti-
ser tan horrible como el de la rutina y la siglos de tradiciones que identificaron el do ni camino, solo de un día más, sin fe
monotonía de un matrimonio que ya no placer con el vicio, la risa con el pecado y en el futuro, sin confianza en la palabra,
se ama. el juego con la pérdida de tiempo, como sin proyecto común; es un matrimonio
La escuela, que debería ser jardín de recuerda Foucault (1975/2002), las ins- que ya no vive, que ya no sueña, que
preguntas, laboratorio de juegos y es- tituciones modernas nacieron como solo está en la rutina ya sin siquiera sin la
pacio de curiosidad, se ha transformado aparatos de disciplina, donde el cuerpo esperanza de salir de él.
demasiadas veces en una fábrica de bos- debía ser domado y la mente alineada a Desde ahí, atrapados en esa vorágine
tezos, allí donde debería vibrar la chispa la productividad. Entonces, si en la Edad de aburrimiento, éste deja de ser un
de la imaginación, lo que se escucha es Media se prohibía la risa para proteger simple bostezo y se vuelve un modo de
el arrastre monótono de la tiza sobre la fe, hoy se instala el bostezo para pro- existencia, y quizá ese sea el mayor cri-
el pizarrón; los relojes que parecen no teger el orden, la pregunta que queda men pedagógico de nuestro tiempo, no
avanzar, la voz apagada que dicta con- flotando es incómoda: ¿en qué momen- que los niños se aburran, sino que los
tenidos como si fueran fórmulas muer- to decidimos que aburrir era formar, que adultos hayan renunciado a creer que la
tas; el niño que alguna vez preguntó por apagar era enseñar, que domesticar era educación puede ser todavía un acto de
qué el cielo es azul o por qué las hormi- educar? esperanza; siendo la esperanza y la ale-
gas trabajan en fila, aprende pronto que En su obra Pedagogía del aburrido, gría nuestros primeros y últimos actos
esas preguntas no caben en los cuader- Lewkowicz (2000) (que por cierto no de rebelión ante la adversidad.
nos ni en los exámenes. Así, la pedago- titulé este ensayo así para no caer en
gía del aburrimiento se impone como ser una copia mal hecha) destaca que el 2. Anatomía del aburrimiento desde
un destino. aburrimiento, no es solamente un sínto- la neurociencia: La maquinaria invisible
El aburrimiento escolar no es una mera ma psicológico, sino la expresión de una
anécdota, sino un factor que erosiona crisis civilizatoria; la caída de las grandes El bostezo escolar no es casualidad ni
1Maestro de quinto grado en escuela de educación primaria, en Tacámbaro, Mich. Egresado del Doctorado en Educa-
ción con énfasis en Formación Profesional y Práctica Docente en el Centro de Actualización del Magisterio en Michoacán
(CAMM), Morelia, Mich., México.
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